El territorio español ha recibido por fin el nuevo hijo de Square-Enix; el magno, esperado y celebrado Final Fantasy XIII. Muchos años de espera y anhelo que han logrado alimentar progresivamente el apetito JRPGero de los jugadores más fanáticos de la serie original, la primogénita del aún más celebre Hironobu Sakaguchi. Es un Final Fantasy XIII con un reto detrás y una prueba aún más importante ¿Podrá estar a la altura la Squenix actual con los nombres que ya no están en cartera? Kitase, Toriyama y Tsuchida contra Sakaguchi, Hamauzu contra Uematsu, renovación contra legado en pos de contentar a una horda de jugadores ansiosos de poner las manos sobre la esperada producción.
Final Fantasy XIII nos pone en el papel de Lightning, una enigmática mujer que provoca un altercado en un tren que va camino a un misterioso destino. Con la inestimable ayuda de Sahz (todo un padrazo), Ligthning acabará con toda resistencia y se meterá de lleno en la acción... ¿Con qué motivo? Pues es una muy buena pregunta. Es una lástima ver como la narrativa del juego se ve atascada de una manera bastante seria en los primeros, segundos y terceros pasos del juego... Creemos que un comienzo ‘in media res’ requiere ciertos elementos explicativos que en este software parecen obviar en pos de una accesibilidad y una agilidad jugable hipotéticamente superior que al final tampoco acaba resultando tal.
El motivo real de tal desequilibrio en la narración se debe sin duda al comenzar la acción en el décimo tercer día de los desarrollos acaecidos en el pequeño universo de Final Fantasy XIII. Todos los personajes ya están desarrollados y presentados sin tú saberlo, será en el avance de la acción cuando veamos, poco a poco y a cuentagotas las acciones acontecidas en las jornadas anteriores a la escena del tren. ¿Cuadra y gusta una vez completo el rompecabezas histórico? Sin duda sí, pero el comienzo, hablando claro, solo invita al más absoluto ostracismo, lo cual desilusionará y cansará a los jugadores menos pacientes.
No obstante, y en esta ola de pesimismo, toca advertir que este comienzo flojo también se extiende a un apartado jugable con batallas redundantes y simples que no suponen, hasta bien entradas las 4 o 5 horas de juego, un verdadero reto para el jugador. De hecho, el máximo exponente de Final Fantasy XIII se nota a partir de la décima hora, con casi todos los apartados jugables puestos sobre la mesa. ¿A qué se debe tal lentitud jugable? ¿A un lento tutorial? ¿A un sistema de batalla complicado que necesita horas para ser entendido? A priori, sí que es cierto que el sistema de batallas parece complicado, pero a la hora de la verdad, ese momento en el que toca ponerse a los mandos del nuevo sistema de batalla, este responde francamente bien.
¿Cómo se juega a Final Fantasy XIII? Los personajes de XIII tienen seis estilos de batalla diferentes: Castigador, que vendría a ser el personaje de ataques físicos o distancia. Fulminador al que se le supone el apartado mágico. Al Protector se le confían las habilidades de atraer la atención de los enemigos y ser atacado por los enemigos mientras defiende a sus compañeros. El rol del Sanador efectúa las distintas funciones de curación. El Obstructor copa magias de aturdimiento (por ejemplo freno) y por último, tendremos al Inspirador, que dota a los demás personajes de distintas ventajas como fe, escudo, prisa, etc...
Teniendo estos seis estilos distintos, nosotros tomamos a tres personajes, eligiendo de ellos a un líder y a dos acompañantes. Nosotros solo controlamos al líder, que irá dictando en todo momento el papel de los otros dos integrantes y el suyo propio... ¿Complicado? Por ejemplo: si nos interesa durante un momento concreto de la trifulca atacar sin parar, usaremos a tres personajes que puedan tener el rol de Castigador, como Snow, Lightning y Sazh, pero en caso de dificultades solo tendrás las habilidades sanadoras de Ligthning en momentos de apuro. En caso contrario, si prevemos una batalla dura y necesitamos de un poder potente de curación, tomaremos como equipo a Hope, Vanille y Lightning, lo cual conllevaría que en caso de querer atacar, nuestra potencia no brillará por su dureza... ¿Cuál es la clave? Nivelar el equipo con las características que más nos gusten.
Otros elementos de la batalla son la barra de aturdimiento, el Cristarium y los vapores. La barra de aturdimiento es un sencillo medidor que mide la cantidad de golpes recibidos por el enemigo. El acierto de estos daños sobre el objetivo aumenta el porcentaje de vida que resta, y al llegar al limite de esta barra ponteciaremos y multiplicaremos los daños que hagamos al rival durante la duración de susodicho medidor. El Cristarium es el mapa de habilidades donde gastaremos la experiencia obtenida en los combates. La experiencia se sumará según combatamos, accediendo al menú del juego, podremos usar dicha experiencia en especializar a nuestros personajes en los distintos roles que posean... Es similar a lo visto en el ya vetusto Final Fantasy X. Por otra parte, los vapores vendrían a potenciar nuestros estados alterados antes del combate, dotando a los personajes de habilidades especiales que nos favorezcan en el combate.
No hablaré de los Eidolones (las invocaciones) para mantener el efecto sorpresa que os llevaréis durante el transcurso del juego. Lo que sí que os puedo explicar es el procedimiento que siguen estas a la hora de ser invocadas. El modus operandi consiste primero en la invocación en si, que tendrá sus propios habilidades y acciones durante un tiempo concreto. Una vez agotado ese intervalo podremos convertir a la invocación en un nuevo e imponente montura que atacará y realizará una nueva oleada de ataques, poniendo como punto final un movimiento realmente poderoso y espectacular que no dejará a indiferente a nadie.
Como no podía ser de otra manera, una vez finalizado el juego este ofrece ciertas batallas y elementos extra para que la aventura acabe cuando al jugador le apetezca. Lo único que podemos decir para finalizar este apartado jugable es lo desnivelado del comienzo del juego... ¿a qué se debe ese comienzo? Personalmente, lo veo un auténtico despropósito. A pesar de ello hay que ser justo y valorar que, verdaderamente, el juego parece otro cuando sobrepasamos ese bache jugable de 8 – 10 horas... La pregunta es la siguiente, ¿estás dispuesto a aguantar tanto? Si la respuesta es afirmativa no dudes que te divertirás con el título.
Gráficamente hablando pocas cosas puedo criticar al software. El apartado gráfico del juego es excelente, con fantásticos modelados de personajes y grandes diseños de escenarios abiertos... Otro cantar sería los ambientes más cerrados, repetitivos y reiterativos en su mecánica y diseño. Deshaciéndonos de nuevo en halagos a las imágenes que ofrece XIII, hay que destacar el trabajo realizado en las escenas in-game y CG’s del juego... A la altura de las grandes obras de Squenix, de hecho, pienso que la calidad de estas escenas no está demasiado alejada de lo visto en la película Final Fantasy VII Advent Children. Solo podemos quitarnos el sombrero en este apartado.
En lo personal, te podrá gustar más o menos los diseños del incombustible Tetsuya Nomura, pero no cabe la menor duda que la huella de identidad marcada por la empresa nipona en sus últimos años sigue siendo igual de representativa y uniforme. Otro cantar sería saber que estamos dispuestos a aguantar, ver y exigir a estos diseños, pero servidor ya esperaba algo así y eso es lo que he recibido.
Si algo caracteriza a Final Fantasy, en parte, ha sido su siempre magnífica banda sonora. La batuta del legendario Nobuo Uematsu dictaba, nota a nota, el devenir de las acciones en los anteriores juegos... Pero en esta edición tampoco contamos con su magnífico trabajo ¿se ha notado? Diría que sí, pero es digno de mención y admiración el trabajo impreso por Hamauzu, el que compuso en su día la banda sonora del prescindible Dirge of Cerberus. La calidad impresa en XIII está bastante lejos de lo visto en muchos de los temas de la extraña desventura de Vincent.
El trabajo en el doblaje del juego es sencillamente fantástico. Los dobladores (en inglés) hacen un muy buen ejercicio de interpretación en XIII, y personajes como Snow o Sazh brillan con luz propia. Un doblaje realmente destacable y a la altura de tan magna serie.
Llegados a estas últimas líneas del análisis vale la pena repasar los puntos positivos y negativos del juego. El más negativo es sin duda su lento comienzo. Es una falta realmente grave, que hará que muchos jugadores no sigan el juego. De hecho, al avanzar en el juego se ve y se intuye claramente por donde van los tiros de las críticas que ha ido recibiendo el juego según se iba acercando más y más la salida del esperado juego en territorio europeo. Por desgracia, ni podemos, ni debemos, ni queremos pasar por alto el cambio y auto-lavado de cara que se da a partir de la décima hora. 2/3 del juego están a un nivel sinceramente brillante, pero 1/3 de este no está ni a la altura de la serie que se le presupone ni tampoco de los cánones del RPG nipón actual.
A Final Fantasy XIII se le han achacado muchas cosas y se le ha señalado con el dedo por verdaderas injusticias. Se ha hablado de linealidad, pero nadie ha hablad del motivo de dicha linealidad. Se habla de que no hay pueblos, ciudades o tiendas tradicionales, pero nadie explica si el juego los considera necesarios para el desarrollo de la aventura. Personalmente, de verdad pienso que Final Fantasy XIII ha sido maltratado por muchos y ha sido enjuiciado y prejuiciado por jugadores que ni quieren, ni saben, ni piensan hacer un esfuerzo en pos de hablar justamente de un programa que cuenta por millones los seguidores que tiene y lo esperaban ansiosamente.
Si el varapalo que supone el primer tercio del juego no os parece un problema importante, no dudéis en sumarle un punto más a la nota de esta humilde opinión.
Lo que más nos ha gustado:
Sistema de combates divertido.
Historia y universo interesante.
BSO a la altura.
Lo que menos nos ha gustado:
Tardío en su arranque. Muy tardío.
Los combates están a años luz de lo visto en trailers.
La paciencia necesaria para avanzar al comienzo.
Tres palabras para definir el título:
Japonés, Nomura, Historia.
Influencias encontradas en el juego:
Cada Final Fantasy es distinto del anterior, pero algunos elementos como el Cristarium me recuerdan a anteriores Final Fantasy.
Recomendamos Final Fantasy XIII a:
A los seguidores de la saga principal y a los amantes de los JRPG’s. Un gran juego que requiere ser paciente para poder ser disfrutado.